El frío es una incomodidad con la que todos tenemos que lidiar en invierno. Contra esto no se puede hacer nada cuando salimos de casa, pero sí que puedes combatir el frío en el interior de tu hogar. La duda es cómo elegir el mejor sistema de calefacción. Como solución te ofrecemos esta guía definitiva.
Instalar un sistema de calefacción es la mejor solución para mantener tu hogar confortable durante las estaciones más frías. Sin embargo, es cierto que hoy en día existen muchas opciones distintas y puede ser complicado decantarse por una en concreto.
Sigue leyendo si quieres saber cómo elegir el mejor sistema de calefacción. Te hablamos de las distintas alternativas explicándote pros y contras. ¡Tomar una decisión nunca ha sido tan fácil!
Índice
Cómo elegir el mejor sistema de calefacción
En primer lugar, es importante que conozcas todos los pormenores de este tipo de sistemas antes de ponerte a decidir. Por esto, te hablamos de todo los los elementos que componen un sistema de calefacción:
- En primer lugar, necesitarás un generador de calor. Como su propio nombre indica, estos dispositivos se encargan de generar el calor para que llegue hasta los emisores. En resumen, se trata de las calderas.
- Otro elemento necesario son los emisores. Reciben el calor que genera la caldera y se encargan de transmitirlo a las diferentes habitaciones. Estamos hablando de los radiadores.
- Por último, es necesario contar con algún sistema de control, es decir, un termostato.
A continuación te hablamos en detalle de los distintos tipos que existen de cada elemento.
Calderas
Como ya hemos mencionado, una caldera es un generador de calor y es un elemento necesario para poder caldear las distintas estancias de una casa. Una de las primeras decisiones que tendrás que tomar es dónde vas a colocarla y, sobre todo, qué tipo de caldera quieres instalar.
Encontrarás que las calderas se pueden clasificar según el tipo de combustible que utilizan y según su eficiencia energética.
Cómo elegir calderas según el tipo de combustible
Para que te hagas una idea, en función del combustible puedes encontrar calderas de:
- Gas natural: Estas calderas utilizan el gas natural o gas ciudad como combustible para calentar agua. Suelen combinarse con los radiadores de agua, de forma que se instala un circuito interno de agua caliente que recorre toda la casa. Así se consigue calentar la vivienda de forma homogénea, incluso en zonas con climas muy fríos. Las calderas de gas natural constituyen el sistema de calefacción más utilizado en España.
- Gasoil: Funcionan con gasóleo. Su principal ventaja es el gran rendimiento que tienen. No obstante, el precio de instalación de las calderas de gasoil puede ser más elevado que el de las calderas de gas natural. Y el combustible que utilizan también es más caro. Además tienes que pensar que no hay ningún tipo de suministro que te lo lleve hasta casa; tienes que encargarte de comprarlo, transportarlo y almacenarlo.
- Energía eléctrica: En este caso, el agua se calienta gracias a la energía eléctrica. De esta forma se evitan problemas como fugas de gas o intoxicaciones. Otro aspecto positivo es que cuentas con la tranquilidad de que el suministro de energía siempre va a llegar hasta casa. Y la instalación de estas calderas eléctricas también es más barata que la instalación de las de gas natural. El mayor inconveniente es que consumen más, por lo que el coste en cuanto a energía es mayor.
- Pellets o leña: Tienen un gran poder calorífico con la ventaja de que no generan apenas residuos. El combustible es 100% renovable; proviene de residuos orgánicos como el serrín, restos forestales, cáscaras de frutos secos, etc. El problema es que es necesario comprar continuamente este combustible y tener espacio para almacenarlo. Además, suelen tener un precio bastante elevado. Y para instalarlas es necesario que exista una salida de humos. Por otro lado, requieren de mucho mantenimiento, sobre todo en lo referente a limpieza de cenizas. De todos modos, es una de las opciones más respetuosas con el medio ambiente y siempre puedes instalar una estufa de leña o pellets si no te convence la idea de la caldera.
- Carbón: Por lo general, este tipo de combustible funciona con modelos antiguos y poco recomendados por sus múltiples desventajas. No pueden funcionar de forma automática ya que siempre es necesario que alguien se encargue de introducir el combustible. Es muy difícil regular la temperatura y es necesario reservar un espacio para almacenar el carbón. Además son muy contaminantes. Por todo esto, cuando se tiene este sistema de calefacción los expertos suelen recomendar cambiarlo por otro más moderno.
Cómo elegir la caldera más eficiente
Una vez hemos visto las distintas posibilidades en cuanto al combustible, nos queda profundizar un poco en los diferentes tipos según su eficiencia energética.
Las calderas estándar tienen un rendimiento más bien mínimo. Si estás buscando algo mejor puedes optar por una caldera de baja temperatura, que es capaz de mejorar el rendimiento un 5%. Aunque las de mayor rendimiento son las calderas de condensación, que pueden mejorar el rendimiento de las convencionales hasta en un 18%.
Mención aparte merecen las calderas de microgeneración. Son capaces de generar electricidad y energía térmica al mismo tiempo. Por otro lado, su rendimiento es muy alto y permite un ahorro energético considerable.
Por último, queda hablar de las bombas de calor. Se suele considerar que este es el sistema más eficiente. Permite reducir el consumo de energía y, al mismo tiempo, se consigue un buen rendimiento. Además, es un sistema reversible que puede funcionar también como aire acondicionado. Y, como último detalle, es posible instalar este sistema desde precios muy económicos, aunque la inversión inicial suele ser algo elevada.
En cualquier caso, has de pensar que instalar una caldera es un trabajo que tiene que ser realizado por profesionales. Por lo tanto, tendrás que pedir presupuesto para su instalación y, ya de paso, podrás pedirle al profesional que te asesore.
Radiadores
Los radiadores o emisores térmicos son una parte fundamental de cualquier sistema de calefacción. Es el elemento que permite repartir el calor por las diferentes habitaciones para lograr una temperatura homogénea.
Actualmente en el mercado existen fundamentalmente los siguientes tipos de radiadores:
- De agua: Forman parte de un sistema de calefacción fija. Como hemos mencionado, se combinan habitualmente con una caldera de gas natural. El agua se calienta y circula por su interior siguiendo un circuito cerrado. Cuentan con varias ventajas: son económicos, duraderos y se calientan muy rápido. Su mayor inconveniente es que es un tipo de calefacción urbana; el suministro de gas no llega a todas las zonas.
- Eléctricos: Estos radiadores funcionan conectados a la red eléctrica. Su instalación es muy sencilla; basta con fijarlos a la pared y enchufarlos. Además, requieren poco mantenimiento. También suponen un consumo más eficiente de la energía y el suministro llega a casi todas partes. Sus desventajas tienen que ver con el precio de la electricidad, que es más elevado que el del gas, y con el hecho de que tienen un alcance reducido en cuanto al calor.
- De aceite: Son los llamados radiadores de fluido. Incluimos en esta categoría tanto a los radiadores de aceite tradicionales como a los radiadores de calor azul. Funcionan conectados a la red eléctrica. Esta energía calienta un fluido caloportador que circula por el interior del radiador. Este tipo de aparatos tienen ventajas similares a los eléctricos: son fáciles de instalar y de mantener. Además, mantienen el calor durante mucho tiempo después de apagarlos. Las desventajas también son similares a la de los radiadores eléctricos, ya que el alcance de su calor es reducido y funcionan con electricidad, que no es barata. Por otra parte, aunque conservan el calor la realidad es que tardan bastante en calentarse.
En relación a todo esto, es normal que nos interese saber el precio de instalación del sistema de calefacción escogido.
Los radiadores de agua son los más caros de instalar, aunque son los más baratos en cuanto al aparato en sí. Por otra parte, los radiadores de aceite son los más baratos si nos centramos en el precio de instalación.
Otros emisores: Suelo radiante
También puedes valorar otras opciones, como los suelos radiantes. Básicamente se trata de una red de tubos que se instalan debajo del suelo. Por ellos circula agua caliente a una temperatura de entre 30ºC y 45ºC.
Este tipo de calefacción tiene muchas ventajas. Las principales son:
- Combina un alto rendimiento con un bajo consumo. De hecho, consume entre un 10% y un 20% menos que los sistemas de calefacción convencionales.
- Suele funcionar con fuentes de energía renovables, como la aerotermia o la geotermia a través de la bomba de calor, o la energía solar térmica gracias a sistemas híbridos. También puede combinarse con una caldera de condensación de alta eficiencia. Por lo tanto, es un sistema muy respetuoso con el medio ambiente
- No es necesario instalar ningún aparato dentro de la casa, por lo que se ahorra espacio.
No obstante, es un sistema que también tiene algunos inconvenientes. En primer lugar, su precio. Para instalarlo es necesario levantar el suelo y la instalación puede costar entre 30 euros/m2 y 80 euros/m2.
Es cierto que es posible amortizar este precio gracias a su bajo consumo, pero solo en lugares donde se vaya a utilizar de forma continua. De hecho, está desaconsejado para zonas en las que se pretenda encender y apagar la caldera todos los días.
La calefacción radiante, se coloca habitualmente bajo el suelo aunque en algunos casos puede colocarse en los techos. Es por tanto necesario realizar una reforma integral de los suelos para poder colocarla, siendo habitual instalarla a la vez que un suelo laminado. La ventaja de este suelo respecto al parquet es la facilidad para desmontarse en el caso de que se produzca una avería en el sistema de calefacción.
Tal como ocurre con la calefacción convencional, existen tres tipos de calefacción radiante:
- Por aire. Este sistema es el más caro y por tanto el menos utilizado en las viviendas. No es recomendable a no ser que se combine con alguna fuente de energía alternativa.
- Eléctrico. Se trata de un sistema formado por una placa eléctrica colocada bajo un suelo, generalmente laminado, capaz de mantener el calor durante un largo espacio de tiempo. Es muy sencillo de colocar, no precisa una gran obra y tampoco ocupa un gran espacio por lo que se puede adecuar a cualquier estancia. A cambio, puede resultar un poco más caro que las calefacciones por agua.
- Por agua caliente. El sistema que precisa de una mayor obra. Su principal ventaja radica en que el calor generado por estos sistemas es mejor aprovechado que el de los radiadores, así que mientras que estos últimos necesitan agua a 70 grados para calentar la casa, los suelos radiantes tan solo necesitarían una temperatura de 40 o 50 grados. Esto los convierte en la opción más económica a la hora de evaluar el consumo.
Por último, es un sistema que requiere de un gran conocimiento técnico tanto en su instalación como en su mantenimiento.
En este sentido, es necesario que antes de tomar una decisión medites bien todos los aspectos.
Termostatos
El termostato es un aparto de gran utilidad porque permite mantener una temperatura determinada. Además puedes controlarla en cada estancia y momento del día. Es una gran ayuda para reducir el consumo energético.
Hoy en día existen distintos tipos de termostatos:
- Mecánicos: Su funcionamiento es el más simple. Tienen un interruptor de encendido/apagado y este se activa cuando un sensor interno detecta una diferencia de temperatura. Los más clásicos se limitan a indicar a la caldera que se apague una vez se alcanza una temperatura determinada.
- Digitales: Estos termostatos funcionan con sensores electrónicos de temperatura y son más exactos. Además, al incorporar una pantalla es posible recibir una información más completa. En general, permiten realizar un control más exacto del sistema de calefacción, ya que muchos de ellos son programables. Se pueden programar a una determinada hora o para que se enciendan en un día en concreto. También se puede establecer una temperatura para cada zona de la casa. Los más modernos incluso permiten la programación a distancia gracias al WiFi.
- Modulantes: Este tipo de termostato permite adaptar la temperatura de los radiadores. Pueden controlar la temperatura ambiente de la estancia en la que se instalen. Cuando es necesario se comunican con la caldera de condensación para reducir la temperatura. Permite ahorrar hasta hasta un 10% en el consumo.
En cualquier caso, nuestro consejo es que consultes con un profesional que pueda aconsejarte qué termostato es el más recomendable en tu situación.
Otros sistemas: Aire acondicionado
Tal vez no te lo habías planteado, pero instalar aire acondicionado puede servir para generar tanto frío como calor. De hecho, puedes establecer a qué temperatura deseas que expulse el aire caliente y es bastante eficiente.
Es un sistema perfecto para zonas en las que las temperaturas suelen ser suaves, como en la costa o interiores. Sobre todo es recomendable si tu idea es climatizar algunos puntos concretos de la casa y no toda la vivienda.
En cuanto a sus ventajas, únicamente requiere una sencilla instalación. Por otra parte, es muy fácil de mantener, ya que es suficiente con mantener los filtros del aire limpios.
El principal problema que puede suponer es que el aire que genera es bastante seco. Esto puede convertirse en un inconveniente para personas con problemas respiratorios. Además, tiene dificultades para lograr calentar la casa de forma homogénea. Una solución a esto podría ser instalar aire acondicionado por conductos, pero para ello es necesario realizar obra.
Sea como sea, si deseas obtener más información sobre el aire acondicionado, puedes consultar nuestra guía de precios.
Claves para elegir el mejor sistema de calefacción
Ya has podido valorar distintas opciones de calefacción. No obstante, antes de tomar una decisión hay algunos aspectos que debes tener en cuenta:
- Piensa en el clima de tu zona. No es lo mismo vivir en una zona húmeda que en otra más seca. Y dependiendo de las temperaturas que se alcancen en tu lugar de residencia será aconsejable que instales un sistema u otro.
- Otro factor por valorar es el tamaño de tu casa. Lo ideal es optar por un tipo de calefacción que se adapte perfectamente a las medidas de tu hogar.
- El tiempo que pasas en casa también debe influir en tu decisión. Cuando la vivienda está ocupada de forma habitual lo mejor es instalar un sistema que se mantenga encendido todo el día, aunque le cueste alcanzar la temperatura que desees. Por el contrario, si pasas mucho tiempo fuera de casa lo recomendable es un sistema que se encienda y caliente la casa rápido.
- Evidentemente, es importante conocer qué tipo de modificaciones o intervenciones va a ser necesario realizar en el hogar. Debes decidir si estás dispuesto/a a realizar obra o no.
- Por otro lado, también debes tener muy claro cuál es tu presupuesto máximo. Además, se trata de pensar no solo en el coste de la instalación, sino también en si podrás amortizarlo a largo plazo. Y no puedes dejar de lado los posibles costes de mantenimiento, que también debes tener en cuenta.
- Y no podemos olvidarnos del ahorro. Hay un sistema de calefacción idóneo para cada hogar. Elegir el adecuado supondrá, además de un mayor confort, un ahorro en tus facturas. Al final se trata de conseguir la mayor eficiencia energética que sea posible.
Puede parecer algo engorroso, pero no te preocupes. Cualquier profesional a cargo de la instalación sabrá asesorarte acerca de este reglamento y de los distintos sistemas de calefacción.
Consejos para ahorrar con la calefacción
Por último, queremos añadir algo de información acerca del ahorro. Porque no se trata únicamente de gastarse menos dinero en la instalación; también es importante saber cómo podemos rentabilizar esa inversión a la larga.
Para empezar, es importante que tu hogar cuente con un buen aislamiento, sobre todo en relación a las ventanas, paredes y suelo en contacto con el terreno.
Si cambiar los cristales supone una inversión excesiva puedes poner cortinas; también funcionan como aislante, aunque en menor medida.
Mantén una temperatura óptima. Según los expertos es aconsejable mantener la calefacción en 20ºC o 21ºC durante el día. Por la noche es suficiente con programarla entre los 16ºC y los 18ºC.
Debes pensar que por cada grado adicional el consumo de la calefacción aumenta alrededor de un 7% o un 8%.
Los termostatos pueden ayudarte mucho en este sentido. Lo más eficiente programar tu calefacción para que se encienda automáticamente cuando la temperatura se sitúe por debajo de los grados mencionados.
Aunque esto también dependerá del tiempo que vayas a pasar en casa. Si vas a pasar la mayor parte del día fuera, lo mejor es apagarla.
Y nuestro último consejo es que cuentes con un profesional para revisar la instalación antes de que llegue el frío. De esta forma te asegurarás de que el sistema esté a punto para ponerse a funcionar con el máximo rendimiento.
¿Cuál es el sistema de calefacción más económico?
Esta es la pregunta del millón y, antes de responder, habría que especificar qué entendemos por un sistema de calefacción ecónomico:
- Ahorro en las facturas: Si buscamos un sistema muy eficiente que nos ayude a ahorrar a largo plazo, sin tener en cuenta la inversión inicial, probablemente la mejor decisión sea optar por un sistema de aerotermia. En esta línea, las estufas y calderas de biomasa también podrían ser una buena elección.
- Eficiencia y buen precio: Cuando necesitamos un sistema eficiente y con un coste medio en cuanto a la inversión inicial, es posible que nos convenga escoger la tradicional combinación de caldera de gas natural y radiadores. Aunque el ahorro energético será inferior que el que obtendríamos con una bomba de calor de aerotermia, las calderas de condensación también son bastante eficientes. Y, por supuesto, el desembolso inicial probablemente será más reducido.
- Instalación económica: Si nuestra prioridad es reducir la inversión inicial, probablemente la mejor opción sea la constituida por los radiadores eléctricos. La calefacción eléctrica apenas implica gastos en cuanto a la instalación, por lo que sobre todo tendremos que invertir en los dispositivos. Eso sí; la electricidad tiene un precio más elevado que otros combustibles, por lo que no es un tipo de calefacción especialmente útil para ahorrar en las facturas.
Sea como sea, es importante tener en cuenta que el precio es solo uno de los múltiples factores que hay que valorar para escoger el sistema de calefacción perfecto. Respecto al resto de factores, esperamos que este artículo te haya resultado útil.
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