Criar y educar a un niño requiere prestar atención a muchos aspectos de su crecimiento. Si detectas que tu hijo tiene problemas al hablar, comer o respirar, tal vez sea buena idea recurrir a un logopeda. Desde Cronoshare te ayudamos a saber cuándo llevar a un niño al logopeda.

Sigue leyendo para saber cuándo llevar a un niño al logopeda.

Cuándo llevar a un niño al logopeda

Falta de habla y vocabulario a los 2 años

A los 2 años, un niño debería saber comunicarse con al menos 40 o 50 palabras de vocabulario. Si detectas que tu hijo casi no habla o no sabe pronunciar apenas palabras, tal vez haya un problema en su capacidad de aprendizaje, fonación o articulación.

A muchos niños les cuesta un poco más aprender a hablar, y en algunos casos no hay que alarmarse. Aún así, es recomendable consultar a un logopeda para salir de dudas.

Usa demasiados gestos, mímica…

Si un niño prefiere utilizar los gestos y la mímica para comunicarse, tal vez esconda un problema en su capacidad de comunicación.

Señalar los objetos para pedirlos sin articular palabra, solo usar gestos para indicar que tiene hambre, quiere ir al baño, le duele la barriga… son comportamientos a tener en cuenta si ya tiene entre 2 y 4 años.

No entiende órdenes y preguntas sencillas

Si un niño de entre 2 y 5 años no entiende órdenes y/o preguntas sencillas puede que necesite ayuda de un logopeda.

Aunque los niños de ese rango de edad no tengan un gran vocabulario, si que deberían entender estructuras sencillas como órdenes (siéntate aquí, cállate, pon la mesa, ayúdame…) o preguntas (¿qué tal en el colegio?, ¿como estás?, ¿dónde están tus juguetes?).

Va creciendo pero no va mejorando su conversación

Conforme van pasando los años, tu hijo debería ir aprendiendo más palabras e ir mejorando su conversación. Es un proceso lento, en el que tienen que colaborar los padres y el colegio.

Pero, si a los 4 o 5 años un niño sigue hablando como un bebé, emite sonidos distorsionados y no conoce apenas vocabulario, son síntomas de que necesita visitar a un logopeda.

Dificultad para leer y escribir

Aprender a leer y escribir es un paso necesario para todos los niños de infantil y primaria. Observa si tu hijo tiene dificultades para leer o escribir, o si le cuesta más aprender que al resto de niños.

Incapacidad de resolver problemas de lógica y cálculos

Los problemas en el habla también derivarán en incapacidad para resolver cálculos y problemas de lógica. Los niños tan pequeños no pueden resolver operaciones complejas, pero sí que deberían haber aprendido a calcular sumas y restas complejas.

Si detectas problemas en cálculos sencillos, no dudes en consulta a un logopeda.

Problemas de voz y respiración

Los niños no solo pueden tener problemas a la hora de conversar. Una mala disposición o uso de determinados órganos puede provocar que el pequeño tenga problemas para emitir sonidos, teniendo que forzar la voz e incluso quedándose afónico. Además, puede presentar problemas a la hora de controlar la saliva y el babeo.

También pueden generarse problemas más serios, que afectan a la respiración. Si tu hijo tiene dificultades para respirar o respira demasiado por la boca, acude cuánto antes a un logopeda para corregirlo.

Ronquidos al dormir

Los problemas respiratorios comentados anteriormente pueden provocar ronquidos a la hora de dormir.

No es normal que un niño pequeño ronque de forma sonora. Si durante sus sueños o siestas escuchas sus ronquidos, suele ser síntoma de una mala respiración.

Cómo trabajan los logopedas

Los logopedas se dedican a reeducar el sistema orofacial de las personas, en especial niños. Este sistema orofacial está compuesto por todos los órganos que ayudan a una correcta respiración, deglución, masticación, articulación y fonación.

Mediante diversos ejercicios un logopeda puede mejorar el habla, la masticación y la respiración del paciente. Estos tipos de ejercicios son denominados Terapia miofuncional.

La Terapia miofuncional consiste en realizar ejercicios faciales, combinados con masajes y estimulación de las diversas zonas que afectan al habla, respiración y masticación. Mediante estos se consigue que todos los órganos implicados vuelvan a funciona correctamente. Además, se reeduca la forma de hablar, comer y respirar del paciente para que poco a poco sea él mismo el que modifique sus conductas.

En la mayoría de casos acudir a un logopeda no es la única solución, ya que también será necesario acudir a un dentista para corregir la posición dental o del paladar. Estos interfieren en gran medida en la forma de hablar, comer e incluso respirar. Con la colaboración de ambos profesionales se conseguirán corregir todas las malas posiciones y hábitos.

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