El tiempo no se detiene y es normal que, con su paso, nuestros mayores requieran cada vez de más cuidados. Las residencias de ancianos son una buena alternativa para garantizarles las mejores atenciones. Por eso te ofrecemos diez consejos para elegir la mejor residencia de ancianos.
Lo más habitual es que en un primer momento la idea de una residencia provoque rechazo. No obstante, una vez tomada la decisión es importante tener las claves para escoger el mejor centro posible. Te las damos a continuación.
Existen muchas posibilidades a la hora de elegir una residencia. Precisamente por esto es importante asegurarse de que el lugar que elijamos sea el más adecuado. Además no hay un solo tipo de residencia. En primer lugar haremos una aproximación a los distintos tipos y después te daremos las claves para una buena elección.
Sigue leyendo si quieres conocer las diez claves para elegir la mejor residencia.
¿Qué tipos de residencias de ancianos hay?
Podemos utilizar varios criterios para determinar las distintas clases de residencias para personas mayores. De hecho, podemos clasificarlas en función de su titularidad, del grado de dependencia de los residentes y de los servicios que ofrecen.
Si atendemos a la titularidad podemos distinguir tres tipos:
- Públicas: Son aquellos centros que dependen de un organismo público, bien sea la Comunidad Autónoma o el Ayuntamiento que corresponda. Para ingresar es necesario cumplir con algunos requisitos fijados por la Ley de Dependencia. Cada Comunidad Autónoma tiene su propia normativa al respecto.
- Concertadas: En este caso, son gestionadas por empresas privadas pero parte o la totalidad de plazas son plazas públicas o reservadas por la administración pública. Los pasos que deben seguirse para ingresar son los mismos que en una residencia pública.
- Privadas: Se trata de los centros gestionados por empresas privadas. El único requisito necesario es poder pagar las cuotas.
Por otra parte, podemos establecer una clasificación en función del grado de dependencia de la persona que va a ingresar en el centro:
- Residencias para válidos o personas mayores autónomas: Están destinadas a aquellos ancianos que no necesitan ayuda en su rutina diaria y que gozan de autonomía. Algunas de las razones que llevan a estas personas a buscar una residencia son sentirse más cuidados o más acompañados.
- Residencias mixtas: Son centros adecuados para personas mayores autónomas, pero también dispone de unidades para aquellas que necesitan un apoyo más profesional.
- Residencias asistidas: Estos centros se orientan específicamente a la atención de personas mayores que sufren minusvalías físicas o psíquicas.
Es importante elegir un tipo de residencia acorde con la situación de la persona que va a ingresar. Por lo tanto, el grado de dependencia es un factor a tener muy en cuenta en la decisión.
Por último, podemos clasificar las residencias para la tercera edad dependiendo del diseño y tipo de servicios que ofrecen:
- Movimiento Green House: Buscan recrear un ambiente hogareño para alejarse todo lo posible de la clásica estética de hospital. De esta forma se intenta que los residentes se sientan como en su propia casa. Suelen constar de habitaciones individuales, comedores y atención personal a todas horas del día.
- Hospitality Design: Con su diseño se pretende que la estética sea similar a la de un hotel. La programación de actividades se enfoca a servicios de ocio.
- Centros de día: Estos lugares ofrecen servicios de alojamiento temporal y actividades en horarios específicos. No se trata de una residencia técnicamente hablando. Incluyen actividades culturales, comedor, gimnasia, ludoteca, etc.
- Asistencia 24h: Aquí se repite el concepto de las residencias asistidas. Se enfocan a personas mayores que necesitan cuidados constantes.
Diez consejos para elegir la mejor residencia de ancianos
Ya conoces los distintos tipos de residencias y puedes tener más o menos claro qué necesitas. Ahora llega el momento de descubrir las claves para llevar a cabo una buena elección. A continuación te indicamos todo lo que debes tener en cuenta.
1. Valora distintas opciones
Puede sonar evidente porque es lo primero que se suele hacer, pero es importante valorar si esa persona realmente necesita una residencia u otro tipo de cuidado.
Es necesario plantearse distintas opciones; cuidador o residencia, por ejemplo, teniendo en cuenta el estado físico y mental de la persona, su entorno social y familiar, y la calidad del lugar en el que vive.
Si no tienes muy claro qué decisión debes tomar puedes acudir a los servicios sociales para recibir un asesoramiento experto. Ellos conocerán las distintas alternativas y te aconsejarán la más adecuada para tu situación.
2. Visita la residencia
Otro paso importante es visitar las instalaciones antes de firmar ningún contrato. Esa primera impresión puede ofrecerte mucha información sobre el lugar en cuestión y puede ayudarte a tomar la decisión.
Estos son algunos factores que te ayudarán a determinar si es un buen centro:
- Muestra una buena disposición para enseñar las instalaciones.
- Todo está perfectamente limpio y no hay señales de dejadez.
- Los profesionales ofrecen un buen trato a los residentes.
3. Infórmate sobre el funcionamiento y horarios del centro
El traslado a una residencia de ancianos supone una experiencia muy intensa para cualquier persona. Es importante que exista algún tipo de protocolo de acogida o adaptación para los residentes.
También es indispensable que el centro trate de garantizar la autonomía del residente en la medida de lo posible. Es vital que se incluyan programas de fisioterapia y terapia ocupacional ejecutados por profesionales competentes de forma individualizada.
Relacionado con lo anterior, es importante que los residentes reciban una atención continuada. Son personas mayores que casi con toda probabilidad van a ver incrementadas sus necesidades con el paso del tiempo. En este sentido, es necesario que los profesionales estén pendientes de su evolución.
Por otra parte, hay que comprobar que en el centro se cubren las necesidades sociales y emocionales de los residentes. Esto incluye fomentar actividades sociales pero también facilitar las visitas de los familiares con horarios amplios y flexibles.
Además, es importante que los familiares puedan recibir información de manera frecuente sobre el estado de salud de la persona mayor. Infórmate sobre los distintos canales para contactar con la residencia en caso de dudas o urgencias, y también sobre cuál suele ser la velocidad de respuesta.
Como aspecto añadido, debes observar si la residencia tiene jardines o espacios exteriores para que los residentes puedan pasear, y si son de fácil acceso. Tampoco está de más preguntar por la facilidad que tienen los residentes para salir de la residencia a pasear, visitar amigos, etc. Mantener sus relaciones sociales les ayudará con su autoestima.
4. Ten en cuenta la ubicación
Antes de elegir una residencia comprueba esté cerca del entorno habitual de la persona que va a ingresar. De esta forma se facilitan las visitas de familiares y amigos. Si además el centro permite las salidas, podrá dar paseos por lugares conocidos.
También es importante que esté ubicada en un edificio destinado de forma exclusiva al cuidado de personas mayores.
5. Observa si la información del centro está a simple vista
Con esto nos referimos a la información para los usuarios sobre el funcionamiento del centro. También se aplica a las autorizaciones administrativas que acreditan que el centro cuenta con todos los permisos y licencias necesarios.
Así tendrás la certeza de que se cumplen todas las medidas de seguridad, higiene y calidad establecidas legalmente. Puedes exigir a la dirección del centro que te muestre estos documentos si no los tienen expuestos a simple vista.
A continuación te indicamos cuáles son las licencias que debería tener en regla una residencia para la tercera edad:
- Licencia de Actividad y de Apertura: Acredita que el centro cumple con las medidas de seguridad que correspondan. Es otorgada por el Ayuntamiento pertinente.
- Autorización de Funcionamiento e inclusión en el Registro de Centros y Servicios Sociales del Gobierno de la Comunidad: Las Comunidades Autónomas, a través de sus servicios de inspección, son las que deben controlar que los centros cumplan con las condiciones que se marquen. Además, deben comprobar que cuentan con el personal necesario para llevar a cabo su actividad.
- Autorización de Sanidad para el Servicio de Elaboración de Alimentos y Comedores Colectivos: Esta autorización es necesaria en todo establecimiento público en el que se realicen actividades de restauración.
- Autorización del Departamento de Salud de la Comunidades Autónomas: Con ella se acredita que el centro cumple con las normas establecidas para poder prestar servicios médicos y de enfermería.
Tampoco está de más informarse sobre si la residencia posee algún tipo de certificado de calidad y ahondar algo más sobre su plan de emergencias.
6. Comprueba que el centro esté correctamente acondicionado
Para los ancianos es mucho más cómodo evitar escalones y pendientes excesivas. De hecho, para mejorar la accesibilidad, es conveniente que haya instalado al menos un ascensor si el edificio consta de varios pisos.
Otras soluciones para acondicionar una residencia es colocar barandillas en los pasillos y preocuparse por la instalación de una buena iluminación. Otra buena señal es que veas líneas de teléfono instaladas de forma pública para que los residentes puedan acceder a ellas.
A nivel de las habitaciones, es indispensable que los residentes tengan sistemas de llamada de emergencia accesibles. Como mucho debe haber dos camas por habitación, y colocadas de manera que se respete la privacidad de cada uno. Por supuesto, se debe garantizar el agua caliente y la calefacción.
Debe tener cuartos de baño adaptados para personas en silla de ruedas. Todas las habitaciones deben incluir lavabo, inodoro y ducha. Esta última debe tener un sistema de cierre que permita su apertura desde el exterior en caso de urgencia.
7. Pregunta por la alimentación
Es completamente necesario que el centro ofrezca una alimentación personalizada que tenga en cuenta las necesidades de cada residente. También debes informarte de si existe la posibilidad de pedir comida entre horas o si es necesario ceñirse a horarios más estrictos.
Las dietas tienen que estar adaptadas a cada persona, a sus patologías y necesidades. Para asegurarte puedes preguntar también sobre qué tipo de profesional elabora los menús. En el mejor de los casos tendrán a nutricionistas encargándose de estos temas.
8. Pide información sobre los servicios que ofrecen
En las residencias para la tercera edad es normal que se ofrezcan servicios médicos y de enfermería. Deben contar con profesionales cualificados para esos menesteres. En algunos casos es la propia residencia la que actualiza continuamente la formación de su personal.
Normalmente, las residencias cuentan con diversos profesionales:
- Médicos/as.
- Enfermeros/as y auxiliares.
- Animadores, educadores y trabajadores sociales.
- Terapeutas ocupacionales.
- Fisioterapeutas.
- Trabajadores sociales.
- Psicólogos/as.
Es importante que te asegures de que los servicios que ofrezcan sean propios. Muchos centros dicen ofrecer servicios de enfermería y medicina, pero en realidad ese servicio lo suministra el Centro Sanitario de la zona. Si los servicios son propios se garantiza un tratamiento individualizado.
También debes preguntar por la disponibilidad de los servicios y las jornadas que dedican a la atención del usuario. Las sesiones de terapia ocupacional o fisioterapia en ocasiones no se imparten todos los días.
E igual de importante que el servicio médico lo son las actividades lúdicas. Es imprescindible que los residentes se mantengan estimulados y realicen viajes y actividades relacionadas con distintas cuestiones como, por ejemplo, las nuevas tecnologías.
9. Revisa bien el contrato
Antes de firmar es importante que leas bien los documentos. Es conveniente que te los lleves a casa y los analices con tranquilidad, porque suele ser un tipo de documentación extensa.
En concreto, debes revisar qué día se empezaría a prestar el servicio y, por lo tanto, a facturar al usuario. En relación con esto, comprueba cuál va a ser el importe mensual.
También se debe especificar la autorización del residente para que el Centro pueda facilitar a su familia la información que necesite a lo largo de su estancia.
Además, el Centro debe especificar que asume la guardia y custodia de toda la información de carácter personal y sanitario del residente, conforme a la Ley de Protección de Datos.
10. Comprueba que el precio incluye todos los servicios
Las residencias de ancianos no son centros baratos. Por si te interesa saber cuánto cuesta una residencia de ancianos, su precio medio está en torno a los 1.700€ al mes.
Lo mejor que puedes hacer es solicitar un precio o presupuesto cerrado. En algunas residencias hay servicios, como peluquería o podología, que se suelen cobrar aparte y a final de mes puedes llevarte una sorpresa. Con un presupuesto cerrado sabrás exactamente lo que incluye el precio.
Otro tema de preocupación suele ser cómo se puede pagar la residencia. No sufras porque hoy en día existen muchas alternativas para costear estos gastos de forma bastante cómoda.