En todas las casas hay cosas que necesitamos y de las que no podemos prescindir, pero que no nos gusta que se vean y nos resultan realmente antiestéticas. Lo mejor en estos casos es ocultarlas, pero con estilo y con elegancia para que nada desentone. Por eso te traemos algunos trucos para esconder los elementos menos atractivos de una vivienda.
10 Trucos para esconder los elementos menos atractivos de una vivienda
Como ya hemos mencionado, hay determinados objetos o electrodomésticos que no nos gusta que queden a la vista. De hecho, su exposición contribuye a generar un efecto muy poco estético, sobre todo en los pisos o apartamentos pequeños.
Todo el mundo, en alguna ocasión, se ha visto frente a este problema. Pero no te preocupes; desde Cronoshare te ofrecemos algunas ideas para que puedas ocultar estos elementos tan molestos de forma fácil y cómoda.
1. Los electrodomésticos, dentro del armario
Hay ciertos aparatos en la cocina que no tienen un aspecto demasiado decorativo. Puede ser la batidora, la cafetera o incluso la lavadora.
Una buena solución es adquirir un armario o mueble a medida que esconda todos estos objetos cuando no se utilicen. Sus puertas se pueden cerrar quedando fuera de la vista de todo el mundo.
2. Esconde la televisión
Nos hemos acostumbrado a que la televisión sea parte de la decoración de nuestras habitaciones, pero no queda bien en todas partes. En la cocina, por ejemplo, además de romper la estética puede mancharse con la grasa y deteriorarse.
Al igual que ocurría con los electrodomésticos, puedes crear un mueble a medida o una alacena para contener la televisión. De este modo no tendrás que prescindir de ella, pero estará mucho más protegida y encajará con cualquier estilo de muebles.
3. Disimula las barras de las cortinas
Las barras de las cortinas pueden resultar muy poco estéticas y no siempre apetece poner una parte superior de tela para cubrirlas.
Puede crearse el mismo efecto si se realiza una cornisa en escayola que cubra la parte superior de la cortina. Es una solución elegante y que aporta además la belleza de la cornisa a la habitación, por lo que su función es doblemente estética.
4. Oculta las tuberías de la cocina
A veces nos vemos obligados a hacer alguna pequeña obra en la cocina o en la zona de la colada, como la instalación de un nuevo calentador, que deja a la vista los tubos de la instalación. Una de las maneras más sencillas de cubrirlos es mediante paneles decorativos.
En paredes lisas estos van pegados directamente a las mismas, pero, en estos casos, un profesional puede colocar unos rastreles y crear un acabado muy bonito que encaje con el resto de la cocina o que cause un efectivo contraste.
5. Camufla los objetos de tus mascotas
Si tienes un gato, tendrás también un arenero que tal vez no quieras que quede a la vista. Puedes esconder el arenero higiénico de tu gato en el interior de un mueble, creando una discreta entrada lateral.
Lo mejor es crear un mueble a medida que permita introducir el arenero y también guardar todos los útiles del animal. En la parte superior se puede colocar su cama, y así tendrá todo lo que necesita a mano.
Por otra parte, tanto si tienes un gato como un perro, necesitarás un espacio para su comedero.
Puedes utilizar un cajón inferior de la cocina y acondicionar una zona para que coma. El único requisito es que en el cajón se pueda colocar un comedero para abrirlo cuando llegue la hora de comer, manteniéndolo cerrado el resto del tiempo.
6. El cesto de la ropa sucia, también camuflado
Puedes aprovechar la parte inferior de una estantería a medida en el baño para crear un espacio que incluya los cestos de la ropa sucia.
La manera más cómoda de hacerlo es colocarlos dentro de un cajón o de un armario. De este modo los cestos quedarán ocultos y podremos sacarlos para llevarnos la ropa.
7. El router como parte de la decoración
El router es otro elemento que se puede camuflar fácilmente. Si lo tienes colocado en una estantería, puedes crear un espacio específico para él en un cajón. Es importante recordar dejar un hueco para la antena o podrías tener problemas de recepción.
Esto puedes hacerlo también en el caso de enchufes o cables que no desees que queden a la vista. Sin duda, es una buena idea para tener todo en orden.
8. El cuadro de la luz, muy bien escondido
Es otro elemento poco estético muy sencillo de camuflar. De hecho, dispones de varias opciones:
- Papel pintado: Si estás pensando en cambiar la estética de tus paredes y te atrae la idea de colocar papel pintado, bastará con usar el mismo diseño para cubrir toda la superficie, incluyendo el cuadro de la luz. De esta forma conseguirás que quede integrado en la pared. Sin embargo, para conseguir un resultado perfecto, es necesario que la tapa del cuadro esté a ras de la pared.
- Cuadros: Suena como una solución de película, pero una obra de arte puede esconder muchas cosas. Conseguirás mejorar la estética de tu hogar por partida doble.
9. Oculta la climatización
Si tienes calefacción pero no quieres que se vean los radiadores, puedes encontrar soluciones muy decorativas. Por ejemplo, puedes colocar un estante por encima que después podrás decorar con libros, plantas, etc.
Otra alternativa es construir un mueble a medida para taparlo por completo. Y para cubrir el motor del aire acondicionado puedes hacer algo parecido: se puede fabricar una caja decorativa para cubrirlo.
10. Consigue una discreta zona de trabajo
Hoy en día cada vez más personas trabajan desde casa o, simplemente, quieren beneficiarse de tener un despacho en casa. Sin embargo, no siempre se tiene una habitación libre para ello y puede resultar antiestético montarlo en una estancia que ya tenga otra función.
Si este es tu caso, no te preocupes. Hay otras alternativas. Si tienes un armario empotrado que no utilizas, puede ser suficiente con colocar una mesa que se extraiga al abrir la puerta y algunos estantes para colocar tu material de trabajo.
En cualquier caso, lo que es innegable es que, si quieres tener tu propia zona de trabajo, lo mejor es colocar un muro de pladur que divida una estancia espaciosa en dos, aunque suponga adentrarse en una pequeña reforma.