Un hogar puede traernos tanto alegrías como disgustos, ya que en cualquier momento pueden surgir averías. De entre todos los problemas, los de fontanería suelen ser de los más comunes. Debemos saber cómo enfrentarnos a estas averías, ya que pueden surgir en cualquier momento. Desde Cronoshare.com te contamos los problemas comunes de fontanería en el hogar y cómo resolverlos.
Sigue leyendo si quieres conocer nuestros consejos.
Atascos en las tuberías
Uno de los problemas comunes de fontanería en el hogar son los atascos en las tuberías. El uso diario de lavabos, fregaderos y duchas y la acumulación de desperdicios hacen que las tuberías traguen cada vez menos agua, causando estos atascos. Para solucionarlo hay que utilizar productos desatascadores u optar por soluciones caseras.
El remedio casero más efectivo consiste en calentar lejía y antes de que hierva verterla en las tuberías. Déjala actuar 15 minutos y comprobarás como el atasco desaparece.
Cisterna estropeada
Este también es un problema muy normal en los hogares, que además puede hacer que derrochemos mucha agua. La causa más común es que un elemento del interior de la cisterna se haya desenganchado, soltado o enganchado con otro. A veces podemos solucionarlo echando un vistazo y arreglando lo que veamos mal a simple vista. De todas formas, en la mayoría de los casos es mejor dejarlo en manos de un profesional, ya que lo arreglará al instante y costará menos que la pérdida de agua a largo plazo.
En Cronoshare contamos con fontaneros cercanos a ti que estarán dispuestos a arreglar tus averías al mejor precio. Tan solo tienes qué explicar tu problema y pedir presupuesto de forma gratuita. A partir de este momento podrás contactar con los mejores fontaneros de tu barrio y leer las opiniones de otros usuarios.
Radiadores sin purgar
En esta época de frío es normal volver a poner en marcha los radiadores tras un año de inactividad. Muchas veces, al encenderlos, oirás ruidos extraños dentro de ellos, como un burbujeo constante. En muchos casos esto significa que los radiadores tienen demasiado aire y necesitan ser purgados.
Para hacerlo debes abrir la válvula del radiador con una llave de cuatro lados, y poner un recipiente debajo para recoger el agua que empiece a caer. El agua debería salir sucia, y cuando empiece a estar limpia significará que el radiador está purgado. A continuación solo tendrás que volver a cerrar la válvula.
Grifos que gotean
Junto a una cisterna estropeada, esta avería es una de las que más pérdidas innecesarias de agua provoca. Es muy común que los grifos antiguos comiencen a gotear a pesar de estar cerrados al máximo. Este problema no suele tener una solución sencilla o clara, por lo que lo más efectivo es reemplazar el grifo. Puedes comprar uno en cualquier tienda de bricolaje y mobiliario.
Recuerda que si no tienes claro como hacer la nueva instalación deberás contar con un profesional que evite imprevistos.
Aire en las tuberías
Al igual que los radiadores, las tuberías pueden realizar ruidos molestos por exceso de aire en su interior. Esto sucede en casas que han estado cerradas mucho tiempo y con el agua cortada. El motivo es que, al no pasar agua por las tuberías durante un largo periodo, estas se han llenado de aire.
La solución es bien sencilla. Abre todos los grifos de la casa durante uno o dos minutos, dejando que el agua vuelva a correr por las tuberías. Esta eliminará el exceso de aire en los conductos, que dejarán de hacer ese molesto ruido.
Grifos oxidados
La mayoría de grifos modernos son de acero inoxidable, pero aquellos que no son de este material pueden sufrir los efectos del óxido con el paso del tiempo. Este problema se incrementa en los hogares más cercanos a la costa, por el exceso de humedad.
Si tienes una vivienda o segunda residencia a la que no acudas mucho y no quieres que el óxido estropee los grifos, la solución es untarlos con vaselina. Recuerda limpiarla del todo cuando quieras volver a usarlos.
Grifos con cal
Otro agente que puede afectar a tus grifos es la cal, sobre todo al de la ducha. Si el cabezal se llena de cal impedirá que el agua fluya del todo. Recuerda limpiarlo con frecuencia para evitar que la cal se vaya acumulando. Presta especial atención a este problema si vives en zonas de agua con mucha cal, como las localidades costeras.
Malos olores en tuberías
Si echas muchos desperdicios a través de los desagües, estos se acumulan en las tuberías y cuando se descomponen causan malos olores. Uno de los principales protagonistas de este problema es el sifón. Este es el encargado de evitar los malos olores, pero si los residuos se van acumulando lo bloquearán y no podrá cumplir su función.
La solución es tan sencilla como quitar el tapón del sifón para eliminar el agua estancada y limpiar su interior. Esto se debe realizar con cierta frecuencia, al menos una vez al mes. Si el problema de los malos olores proviene del retrete tan solo tenemos que tirar de la cadena y dejar que el agua fluya.