Sigue leyendo para averiguar algunos precios de abogados laboralistas.
Índice
¿Cuánto cuesta un juicio laboral?
Contratar a un abogado laboralista constituye una de las mejores formas de garantizar un asesoramiento personalizado y de calidad cuando decidimos tomar acciones legales en este ámbito.¿Ya has decidido que esta es tu mejor opción? Entonces te interesará saber que, según el asunto que quieras resolver, el tipo de tarifa puede variar.
En cualquier caso, es importante remarcar que existen otras opciones a tener en cuenta. Para empezar, habría que señalar que, en las demandas laborales, la defensa por parte de un abogado tiene carácter facultativo, es decir, que no es necesaria.
Es cierto que muchas personas prefieren contar con el apoyo y asesoramiento de un experto en estos casos. Pero, incluso en este supuesto, si no queremos representarnos a nosotros mismos, existe la posibilidad de solicitar un abogado de oficio.
Según indica la Ley 1/1996, de 10 de enero, de Asistencia Jurídica Gratuita, en su artículo 2, letra d, los trabajadores y beneficiarios de la Seguridad Social tienen derecho a la asistencia jurídica gratuita, tanto para la defensa en juicio como para el ejercicio de otras acciones que garanticen la efectividad de los derechos laborales en los procedimientos concursales.
Y todavía existiría una tercera opción: solicitar la asistencia de un Graduado Social o abogado del Sindicato. Este servicio no siempre es gratuito y puede depender del tiempo que hayamos permanecido afiliados.
Sea como sea, a continuación vamos a profundizar algo más en cada una de estas opciones y ahondaremos en los precios de los abogados laborales.
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¿Cuánto cuesta un abogado laboral?
Como ya hemos indicado, en la mayoría de procesos relacionados con demandas laborales, no es necesario contar con la defensa de un abogado. Y, de hecho, lo más frecuente es que tanto el acto de conciliación como la interposición de la demanda, el juicio y la primera sentencia no tengan coste.En este sentido, podría parecer poco útil contratar a un abogado privado. Pero esto no siempre es así, y en determinados supuestos podemos terminar pagando ciertos costes, incluso sin contratar a un abogado.
Al final, cuando hablamos de demandas laborales, hacemos referencia a asuntos que suelen ser bastante delicados. Algunas de las causas que suelen esconderse detrás de este tipo de procesos tienen que ver con:
- Despidos improcedentes.
- Accidentes laborales.
- Reclamaciones de derechos.
- Reclamaciones de cantidades.
- Solicitudes de incapacidad permanente.
- Faltas y/o sanciones
Estos profesionales están especializados en este tipo de asuntos y se conocen a la perfección el proceso y los plazos a cumplir. Además, contratar a este tipo de profesionales te garantiza un trato más personalizado.
En el apartado anterior hemos hablado de las tarifas de los abogados laboralistas. Hemos distinguido entre la parte fija y la parte variable de sus honorarios, pero todavía podríamos ofrecer más detalles.
Pero independientemente de lo que acabamos de señalar, estas cifras son únicamente aproximaciones. Al final, el precio a pagar será el que cada cliente negocie con su abogado. Si te interesa comparar varios precios, puedes solicitar presupuestos a abogados laboralistas.
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Otras opciones: Abogado de Oficio o Graduado Social del Sindicato
Antes mencionábamos algunas alternativas a los abogados laborales de pago. Ahora vamos a profundizar un poco más en cada una de ellas.Abogado de Oficio
Es cierto que cuando se opta por esta alternativa no es necesario abonar nada, al menos al principio. Ahora bien, existen determinados supuestos en los que, por ley, al abogado le corresponde una parte de los beneficios obtenidos por el cliente.Un ejemplo de esto aparece reflejado en el artículo 36, punto 3, de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, de la que hemos hablado anteriormente:
"Cuando la sentencia que ponga fin al proceso no contenga expreso pronunciamiento en costas, venciendo en el pleito el beneficiario de la justicia gratuita, deberá éste pagar las costas causadas en su defensa, siempre que no excedan de la tercera parte de lo que en él haya obtenido."
Es decir, que en determinadas circunstancias, la persona que solicite justicia gratuita y obtenga beneficios puede tener que abonar hasta una tercera parte de lo que obtenga. Eso sí: si finalmente no se obtiene ningún éxito, no será necesario abonar nada.
En este sentido, hay que valorar si nos interesa más contratar desde el principio un abogado de pago o probar la alternativa del abogado de oficio.
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Abogado o Graduado Social del Sindicato
Por otra parte, también existe la opción del abogado o Graduado Social del Sindicato. Para aquellas personas que llevan mucho tiempo afiliadas, esta puede ser una opción a tener en cuenta, ya que pueden llegar a obtener servicios gratuitos.No obstante, es importante remarcar que esta alternativa no siempre es gratuita. En estos casos, el coste suele depender de factores como el sindicato, el tipo de procedimiento, el tiempo que la persona lleva afiliada... En función de todos estos aspectos, las tarifas a pagar pueden llegar a ser similares a las de un abogado de pago.
Como principal ventaja, podríamos señalar que estos profesionales suelen tener mucha experiencia en juicios laborales. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que sus servicios suelen estar muy demandados, por lo que en algunos casos no pueden atender las solicitudes de forma inmediata y el trato ofrecido es más impersonal.
Entonces, ¿qué opción es la más recomendable? La respuesta a esta pregunta depende de cada caso en concreto. No obstante, es innegable que un abogado de pago especialista en derecho laboral nos garantiza una atención personalizada y, al final, solo es cuestión de encontrar a aquel profesional cuyas tarifas encajen con lo que buscamos.
La ley alcanza ámbitos muy diversos y siempre es recomendable contar con profesionales especializados. Si cuando hablamos de divorcios, cuestiones de extranjería o indemnizaciones por accidentes de tráfico buscamos ayuda especializada, ¿por qué no vamos a hacerlo cuando están en juego nuestras condiciones laborales?
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